Los contratistas inescrupulosos se aprovechan del uso y costumbre del famoso depósito y cotizan de antemano un precio muy por debajo del valor real de la remodelación para asegurarse que agarran el proyecto, porque saben que la gente a veces escogen por precio y no por calidad de ofrecimiento.

Luego te dicen que son una compañía pequeña y por eso sus costos son menores, pero ahí está el gancho, te obligan a que les pagues un depósito excesivo porque necesitan el dinero para poder comenzar. 

Luego hacen dos o tres cositas menores del trabajo para luego desaparecer con el dinero y nunca más volverlos a ver.

Por lo general solicitan el 50% del dinero del proyecto porque no tiene los recursos económicos para comenzar a trabajar una remodelación. Necesita dinero para comprar materiales, pagar empleados y gasolina. Otra razón es que desconfía del cliente, piensa que este no lo va a pagar después de haber trabajado fuerte en la remodelación y quiere tener parte del dinero en su bolsillo de antemano.

La realidad del caso es que nunca es necesario tanto dinero para comenzar una obra. Digamos que vas a construir una terraza que te cuesta $30,000 y el contratista te pide el 50% ($15,000) para comenzar. Aquí es donde entra el sentido común, ¿necesita el contratista $15,000 dólares desde el primer día que comienza a trabajar? La respuesta es NO, nadie necesita la mitad de lo que te va a costar el proyecto para comenzar una obra.

Si el contratista no tiene los recursos económicos para comenzar, un depósito razonable sería 10%-15%. Esta cantidad es suficiente para cubrir las primeras semanas de construcción.

Luego de esto podrías estar pagando semanalmente según progreso de la obra. Para esto debes establecer con el contratista cómo será el plan de pago y siempre recomiendo que se pague según terminen las tareas. Nunca pagues algo que no esté terminado. Y todo esto debe estar claramente estipulado en el contrato.